Un Acuerdo de Procesamiento de Datos (DPA) es un contrato legalmente vinculante entre los controladores de datos y los procesadores de datos, requerido por leyes de protección de datos como el GDPR. Este acuerdo asegura que los procesadores de datos procesen los datos personales de los sujetos de datos de acuerdo con las leyes de protección de datos y respeten los derechos de los sujetos de datos. El GDPR establece el alcance, la naturaleza y el propósito del procesamiento, los derechos y obligaciones de ambas partes, y medidas para garantizar la seguridad de los datos.
Por ejemplo, una empresa (controlador de datos) que externaliza su procesamiento de datos a un proveedor de servicios en la nube (procesador de datos) necesita un GDPR para establecer las responsabilidades del proveedor de la nube en el manejo de los datos, como tratar con violaciones de datos, procedimientos de transferencia de datos y asegurando que el procesamiento de datos se lleve a cabo de acuerdo con los términos acordados. El GDPR protege a ambas partes aclarando sus roles y responsabilidades, asegurando la transparencia y el cumplimiento de la ley.
Un GDPR sólido es crítico no solo para cumplir con las obligaciones legales, sino también para mantener la confianza con los clientes al proteger sus datos personales.